Enmienda a la cotización

El autor de la entrada anterior se retracta de lo aseverado en la entrada anterior. Mejor dicho, lo confirma. Esto es: lo remacha, pero sin matizaciones. Pues para eso está la democracia parlamentaria. Porque las cosas son blancas y negras a la vez, aunque Dios no exista (ya que lo confundiría todo). De hecho, como enseña la Erfahrung, no es lo mismo una caricia que un puñetazo.

Sexo

Las mujeres han sido, hasta hace poco, los negros de la sociedad, víctimas de la Historia, cosa extraña porque son más fuertes que los hombres. Quiero decir que las mujeres tienen más resistencia, aguantan mejor que los hombres los duros golpes de la vida. Y tienen mucho más sentido de la realidad. ¿Qué es el sentido de la realidad? Pues no sabría explicarlo. Son iguales que los hombres y que las propias mujeres. Las mujeres son iguales entre sí. Sin duda este es un tema explícito y sexual.

Pitágoras me llama

Detrás de una ventana, en un bloque de edificios de las afueras, he visto lo que pretendía ser un esquemático árbol de navidad: un triángulo luminoso formado por diez puntos en cuatro líneas. Quizá en ese piso viva un miembro de la escuela pitagórica, porque lo que había representado era el Tetractys, símbolo sagrado de aquella religión. Poco después, en el borde de un paso de cebra, estaba pintado un hermoso triángulo rectángulo. Con esas sutiles señales, ¿qué carayo quieres de mí, Pitágoras?


Recuerdos

Te recuerdo en la casa de Keats en Londres. Mirabas con interés y reverencia las reliquias del gran poeta. Te recuerdo en la plaza Vittorio Veneto de Turín, tomando unas cañas en una terraza. En el desierto paseo marítimo de Sitges. En la Rua Nova de Santiago. Junto a un canal de Venecia. En la cima de Peña Ubiña, qué contenta estabas. Paseando por Weimar. En el puerto de Pandetrabe. En Ponferrada. Te veo venir de la compra por el parque, caminas levantando la punta de los pies. Te veo en Finisterre. Te recuerdo caminando por el mismo sendero que pisaron Nietzsche y Wagner en Lucerna. Te recuerdo en la playa de la Isla, solos tú y yo ante el mar, ante el misterio, quince días antes de la catástrofe. Te recuerdo cuando te vi en una calle de Oviedo, una noche de sábado, hacia 1991 cuando estabas con tus dos amigas, cuando aún no sabíamos que estábamos destinados el uno al otro. Pero ya me gustabas y tú me sonreías. ¿Cuántas veces nos habríamos visto por el barrio, antes de conocernos, cuando aún éramos unos niños? ¿Te acuerdas que te lo pregunté?

Salvedad

En el póstito anterior el gran filósofo cantábrico dice que la evolución debería haberse detenido en los vegetales. Un amigo que ha leído el póstito, y que está conforme en general con lo que ahí se dice, objeta al filósofo diciendo que piense en las enredaderas que estrangulan a otras plantas, o en los eucaliptos que son como Atila. El gran filósofo cantábrico hace, pues, una salvedad y reconoce que su amigo tiene razón. Además, ¿no empezó diciendo el gran filósofo cantábrico que el Dolor traspasa todas las cosas de este mundo? Qué poca seriedad tiene el gran filósofo cantábrico.

España

¿Sabemos lo vulgares que son las personas que gobiernan en España (y Cataluña)? La oposición y los sindicatos es igual de imbécil. Nuestra vida pública es repugnante. Da asco. España es un país de brutos, un país ruidoso, subdesarrollado, aburrido, enemigo del pensamiento y la inteligencia. Un grupito de señoritos analfabetos nos gobierna desde hace siglos. España es goyesca. Goya es el pintor del Horror y de lo feo.

Jactancia

Pero hay personas muy buenas. -¿Cómo dice? -Digo que hay personas generosas, capaces de autosacrificio y con altos ideales. No todo es morralla, que diría Pío Baroja. No gruña, señor mío. -Es que usted no es psicólogo. -Ni usted historiador.