Los alienígenas y extraterrestres, meros entes de la fantasía, fruto de la superstición, son menos fabulosos que los agujeros negros que sí existen. Su existencia está demostrada y fueron deducidos, antes de ser observados, a partir de complejos cálculos matemáticos según la Relatividad general de Einstein.
Selva de varia opinión
Cuaderno relativista y olé
"Espacio y Tiempo" de Minkowski (1908)
"Esbozo de una teoría de la relatividad generalizada y una teoría de la gravitación" de Einstein y Grossmann (1913)
"Fundamentos formales de la teoría de la relatividad general" Einstein (1914)
"Explicación del movimiento del perihelio de Mercurio según la teoría general de la relatividad" Einstein (1915)
"Los fundamentos de la física" (primera comunicación) de Hilbert (1915)
"Las ecuaciones de campo de la gravitación" de Einstein (1915)
"Sobre el campo gravitatorio de un punto de masa según la teoría de Einstein" de Karl Schwarzschild (1916)
"Sobre el campo gravitatorio de una esfera de líquido incompresible según la teoría de Einstein" de Karl Schwarzschild (1916)
"Fundamentos de la teoría de la relatividad general" de Einstein (1916)
"Sobre la teoría de la gravitación de Einstein y sus consecuencias astronómicas" (Primera parte) de W. de Sitter (1916)
"Principio de Hamilton y teoría general de la relatividad" de Einstein (1916)
"Los fundamentos de la física" (segunda comunicación) de Hilbert (1916)
"Sobre la teoría de la gravitación de Einstein y sus consecuencias astronómicas" (Segunda parte) de W. de Sitter (1916)
"Consideraciones cosmológicas de la teoría general de la relatividad" de Einstein (1917)
"Sobre la teoría de la gravitación de Einstein y sus consecuencias astronómicas" (Tercera parte) de W. de Sitter (1917)
"Principios de la teoría general de la relatividad" de Einstein (1918)
"Una nueva ampliación de la teoría de la relatividad" de Weyl (1919)
"La teoría de la relatividad en la asamblea de científicos de Bad Nauheim" de Weyl (1921)
"Sobre la curvatura del espacio" de Alexander Friedman (1922)
"Observación al trabajo de Friedman "sobre la curvatura del espacio"" de Einstein (1922)
"Un universo homogéneo de masa constante y de radio creciente que explica la velocidad radial de las nebulosas extragalácticas" de Georges Lemaitre (1927)
"Sobre los fundamentos de la cosmología relativista" de H. P. Robertson (1929)
"Sobre un sistema estacionario con simetría esférica formado por muchas masas gravitantes" de Einstein (1939)
Galicursis
Pues parece que oui, que c'etait une mode comme une autre quelconque. Mais cela n'a pas d'importance. Encore je ne suis pas mort. Entrar en la lecture de L'Étranger ou de La nausée es meterse en un endroit dangereux, bien sûr. Meursault o Roquentin son personnages tourmentés ou apathiques sin importancia colectiva. Qué elegante es Francia y de Francia qué elegante es París y de París qué elegante es el Barrio Latino. El existencialismo surgió como un champiñón galo variedad Kierkegaard Husserl Heidegger en un barrio céntrico de Lutecia. En el café de Flore y en el de Les deux Magots se sentaban muy assis figurones como Sartre-Beauvoir (les deux roués) Boris Vian, Prévert, Georges Bataille, Alberto Giacometti, Sartre otra vez, Simone Signoret y gente que pasaba por allí o que vivía cerca. Sartre y la Beauvoir hacían su vida allí (en el café de Flore surtout); prácticamente se pasaban el día entero en esos cafés. De ese centro intelectual, tan prestigioso, irradiaban ondas de pasión intelectual a las provincias de Francia y al resto de las naciones de occidente. Estudiantes de Aquitania, Provenza, Auvernia, Rumanía, Lituania, Armenia, Bulgaria, España, Irlanda, Portugal, Albania, Grecia o qué sé yo de Checoslovaquia, Vietnam, Marruecos, Argelia o Túnez soñaban con llegar, jóvenes bárbaros, a la capital del mundo y apoderarse de un asiento en alguna de esas cafeterías para sorber un café au lait y sentirse importantes como Sartre y el Castor cuyas maneras imitaban. ¿No fuma cigarrillos? Alors vous n'êtes pas existentialiste. Ese gran poder de atracción lo muestra muy bien Czeslaw Milosz en su poema Rue Descartes. Camus, me parece, no era un asiduo de esos cafés. Al fin y al cabo Camus era pied noir y su patria era la luz de su Argelia natal. Con los años fue decayendo, como todas las cosas humanas, el tinglado existencialista y los asientos se fueron quedando vacíos de aquella gente importante que era capaz de rechazar premios Nobel de literatura. Ganaban fama y reconocimiento escritores extranjeros (L'Étranger!) instalados en París: Ionesco, Beckett, Cioran, Kundera, Cortázar, Arrabal, Milosz (todo lo mezclo excusez-moi), Todorov et bien d'autres encore. Muchos de ellos duermen el sueño eterno en el cementerio de Montparnasse. Claro que no todo fue vanidad gala, fama, triunfo y una vida larga. París aparte de una fiesta, también es un lugar inhóspito. Escritores extranjeros que se suicidaron en París: el poeta Paul Celan, el griego Nicos Poulantzas, el persa Sadegh Hedayat, el armenio Artur Adamov. Imposible imaginar la soledad y desesperación de estos desterrados que terminaron su vida así en una ciudad extranjera. Qué nostalgia, tal vez, de una patria ingrata pobre e insoportable, qué complejos de inferioridad, qué acosos, qué vacío. El suicida es siempre un desarraigado, un extranjero (L'Étranger) aunque se mate en su pueblo natal. Un exilado metafísico. Al lado del pobre Hedayat (leo en wikipedia los detalles de su suicidio, su abandono su soledad eran de lo más negro) la desesperación y el pesimismo de los octogenarios Beckett o Cioran suena a chiste. Ellos no terminaron con su vida en un apartamento, en absoluta soledad, como Hedayat (y hay que alegrarse por eso, claro). El suicidio del persa Hedayat en un solitario apartamento parisino me recuerda a los de Pavese en un hotel de Turín (jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel) y Jean Améry, también en un hotel, en Salzburgo. ¿Fue una moda o no fue una moda el existencialismo francés? Y Francia, ¿fue una moda? ¿No parece que Francia ha pasado de moda? Se puede tener nostalgia de una época que no se ha conocido.
Das freie Heft
Por puro amor al arte compongo para un cuaderno savant y relativamente caótico una serie de artículos científicos (con unes pingarates de Gógol y de Schopenhauer) tomados de internete. La composición es la siguiente:
Con esto se ha preparado guapamente un cuaderno de anillas muy guapo centrado principalmente en la física cuántica, esa cabrona que nos está haciendo la vida imposible. Hay omisiones ominosas como la del artículo "Las ecuaciones fundamentales de la mecánica cuántica" de Dirac (1925); la de los dos artículos "Sobre la mecánica cuántica" de Born, Heisenberg y Jordan (1925); la del artículo "Sobre el espectro del hidrógeno desde el punto de vista de la nueva mecánica cuántica" de Pauli (1926); la de la serie de cuatro artículos "Cuantización como problema de valores propios" de Schrödinger (1926); la de "Sobre la relación entre la mecánica cuántica de Heisenberg-Born-Jordan y la mía" también de Schrödinger (1926). Omisión de "Sobre los fundamentos de la mecánica cuántica" de Hilbert, von Neumann y Nordheim (1927) y de "La teoría cuántica del electrón" de Dirac (1928). Y finalmente, porque hay que parar en algún momento, la omisión de "Teoría de grupos y mecánica cuántica" de Hermann Weyl (1928), aunque esto no es un artículo sino un libro. Como libros son "Principios de mecánica cuántica" de Dirac (1930) y "Fundamentos matemáticos de la mecánica cuántica" de John von Neumann (1932). Y ya puestos el libro "Estructura atómica y líneas espectrales" de Sommerfeld (1919).
Alicientes
Sentir que se te cae el mundo encima, constatar que ya no quieres, de puro deprimido, escuchar ni un ápice de Wagner (trompetas, percusión, libretos mediocres, violines románticos) -la música de Mozart tantos años admirada, hoy siento con tristeza que ya no me dice nada- y pensar de pronto en la felicidad sí, en la felicidad de saber que mañana es lunes y que, por tanto, estará abierto también por la tarde el Lidl y podrás ir a comprar si quieres helados, sushi, salmorejo y esos yogures riquísimos, ah, y también kombucha, y embutidos y agua con gas, cervezas de frambuesa, merluza congelada y que podrías ver a ese cajero tan simpático de sonrisa perturbadora y no hay más razones acaso para ser feliz, para seguir viviendo? Está el IKEA a tiro de piedra: caminar por su interior, tan nórdico, ir mirando a los lados, admirando esos muebles preciosos con esos nombres tan raros, esos muebles que sabes asequibles a tu bolsillo: butacas, estores, macetas de colores, , mesas, mesitas, escritorios, lámparas, estanterías, escaleras plegables, cuchillos, posters de renos, de nueva york al atardecer, de un campo de lavanda y si mañana veo de repente una puesta de sol a través del parabrisas? me pregunto si quedan yogures del Mercadona en la nevera. Anda que si quedaran!
Gallineros
Si entráis en un gallinero veréis que se parece mucho a una oficina. Antes del huevo ya estaba la burocracia. El mismo olor, la misma jerarquía y suciedad. Hay gallinas muy ponedoras y otras que sólo ponen un huevo a la semana. Cuanto más huevos ponga la gallina, más considerada será. Hay gallinas lozanas, rollizas y las hay desplumadas, escuálidas, que son las que se llevan los picotazos de sus compañeras. Todo gallinero tiene su gallo. Y sobre ellas vuela el gavilán.
Si Sajarov levantara la cabeza
Andrei Sajarov, disidente ruso, físico y premio Nobel de la Paz. ¿Cuánto tiempo duraría hoy bajo el régimen de Putin? Qué triste pregunta. Ni dos días. Desde los años noventa hasta este momento, año 2024, la deriva política de Rusia, desde la tímida apertura democrática hasta el estado tiránico y criminal en que se ha convertido hoy dirigido por el archidemonio Putin, causa espanto. Como si un esqueleto, el esqueleto de los autócratas rusos, se rellenara de carne cada cierto tiempo: así fue con Iván el Terrible, Pedro el Grande, Stalin y ahora Putin. Sajarov firmó en 1955 una petición con otros científicos ("la carta de los 300") en la que se instaba a poner fin al monopolio de la ciencia que ejercía Lisenko, el pseudobiólogo soviético. Una cosa es firmar una petición formando parte de una lista (como en este caso) y otra estar en una lista y que un poderoso la firme (generalmente la pena de muerte). Sajarov estaría espantado por lo que sucede hoy en Rusia. La degeneración es evidente. Tiempos sombríos vivimos. Así es Rusia hoy: nacionalismo eslavo exacerbado, silencio de plomo sobre la época de Stalin, capitalismo sin límites. Millones de rusos forzados a elegir entre el exilio o la represión más feroz, amordazados y envilecidos por Putin y sus amigotes. El gobierno ruso actual tiene una voluntad decidida de extender su régimen autoritario a todos los países democráticos, especialmente en Europa occidental. Si Trump vuelve a ser presidente de USA Putin tendrá un estupendo aliado en sus propósitos de destrucción de las democracias y aplastamiento de los derechos humanos. Sajarov, ¿tú qué dices?
Etc Etc
Tiene mucha gracia Galdós. Juan Benet no tiene gracia. Prosa maravillosa. Cosa. Rosa. Porosa. Mucha gracia y testimonio. Dadá. Ya tienen cien años las rupturas vanguardistas. ¿Y ahora qué? Estamos sobre lo fundado hace cien años: toma Trilce, toma La Tierra Baldía, toma Dadá, toma Duchamp, toma Joyce. Toma principio de incertidumbre, toma Gödel, toma Schrödinger. Y tal. Guerra mundial por medio. Campos de exterminio. Era atómica. Hirosaki. Nagashima. Concilio Vaticano II. Champions League. Mundiales de fútbol. Decadencia de USA. Hegemonía de China. Inteligencia artificial. Años treinta. Colas en los comedores sociales. Explosión demográfica. Salud mental. Secularización de la sociedad: tecnología del yo. Mi cuerpo es mío. Derecho a morir. Suicidio anómico. Degradación ambiental. Agujeros negros. Termodinámica de los agujeros negros. Cambio climático. Inmediatez. Gimnasio. Big Bang. Cuerpos corriendo sobre cintas en escaparates. Walter Benjamin. Arquitectura de cristal. Ocaso de la intimidad. Socialización. Estructura del ADN. Redes sociales. Alguien como yo escribiendo esto en un blog. Etc. Etc
Masacre de la harina
Cuando zarpa el amor
Humillaciones
Hay algo metafísico en la humillación. Cristo fue humillado ante la chusma, Sócrates bebió la cicuta como si fuera un criminal, Oscar Wilde pasó un calvario de ignominia en la Inglaterra victoriana. Pero no hace falta ser un personaje histórico, las personas de vida más oscura son las que más humillaciones padecen. Nadie las conoce. Humillaciones en el trabajo, en el amor, en la familia. Cuanto más duro es un trabajo menos se reconoce, de manera que a la dureza se le añade la falta de consideración y el desprecio. ¿Cómo se mide la dureza de un trabajo? No es una cuestión física. Un futbolista o un deportista de élite está claro que se esfuerzan físicamente, pero no puede llamarse trabajo duro a lo que hacen. Un trabajo puede ser duro aunque se esté bajo techo, con aire acondicionado, y sentado sin hacer esfuerzo físico. Si no se trabaja rudamente como un esclavo (y aún existen) la dureza procede de factores psicológicos o morales. Cuidado con el trabajo que se nos pega en las manos, el trabajo que nos agota sin fruto. Porque entonces estamos condenados: no podremos soltar ese hierro candente. El que sufre una humillación pierde lo que hoy se llama "autoestima" y antes se llamaba "amor propio". Acaba creyendo que es "torpe" cuando esto no es cierto. Se culpa a sí mismo por las menores faltas, faltas que ni siquiera lo son. El poderoso es arrogante por muy torpe que sea. Eres "torpe" por ser pobre, y por ser pobre no has tenido las mismas oportunidades que los privilegiados que en la carrera de la vida parten con ventaja. Un asalariado es vulnerable, tiembla por su empleo y ese miedo le hace ser sumiso y servil. Esto es negarse a uno mismo. Todas las instituciones jerárquicas fomentan la humillación y el servilismo: el ejército, un partido político, una iglesia, una empresa. El que recibe los desprecios los transmite a su vez a quien tiene debajo, por tomarse la revancha en un inocente. Da igual que el empleado haga su tarea correctamente, nunca es bastante, siempre lo hará mal. La mancha de un pequeño defecto basta para contaminar un océano. Los humanos somos más inclinados a la venganza que a la misericordia y si se puede humillar a otro impunemente dos de cada tres mortales lo harán sin dudarlo. La humillación metafísica del empleado de Kafka la han sentido millones. Eso no hay socialismo que lo arregle. Algunos disentirán de este afirmación. El cristianismo, con su pesimismo para las cosas de este mundo, aconsejaba resignarse y sufrir las injusticias sin levantar la voz. La recompensa vendría en el Reino de los Cielos. Ya, pero ¿y si ese Reino no existe? Terrible duda. Pienso en los palestinos (mujeres y niños sobre todo) que son sistemática, no episódicamente, hostigados, detenidos, humillados y masacrados por los colonos judíos y el ejército de Israel. En la película "La caza" de Carlos Saura un personaje le dice al joven del grupo: "¿cuántas humillaciones has sufrido en tu vida?" El chico pone cara de no entender la pregunta, porque su corta edad no le ha permitido tragar ningún sapo todavía. Pero si fuera un chico palestino de Gaza o Cisjordania podría ponerse a contar las que le han infligido los israelíes y no acabaría en un día. Tendemos a olvidar las humillaciones. Nuestra naturaleza rechaza las malas experiencias. Bertolt Brecht dijo lastimeramente que vivía en tiempos sombríos. Nosotros, por desgracia, también. Rusia es un estado mafioso y criminal e Israel, aduciendo legítima defensa, está masacrando a todo un pueblo ante la mirada impotente o indiferente o miope del mundo.
Ruinas del mundo digital
La condición obrera
El niño que nace con un destino de trabajador para más de treinta años no nace. No ha nacido jamás. Podrá tener un mes de vacaciones al año, podrá descansar los fines de semana. Pero no ha nacido jamás. Cuando se jubila no sabe si reír por los días de fiesta que tiene por delante (no son muchos) o si llorar por los días que ha dejado atrás (son demasiados). Un hombre son sus hábitos. Quien ha desempeñado tareas rutinarias -labores de empleado, por ejemplo- siete u ocho horas al día durante más de treinta años no ha nacido. La música de nuestra vida es el hilo musical de un supermercado. El trabajador tiene al tiempo en su contra. Las horas son enemigas. Los minutos siempre le acercan a la puerta de la oficina o del puesto de trabajo. Los minutos que le acercan al viernes o a las vacaciones son engañosos. A la vuelta de esa ilusión está el tiempo que corre de nuevo hacia el trabajo, hacia el despertador. Al dejar el trabajo por jubilación el tiempo corre hacia la muerte. El trabajador no ha nacido y ha perdido las ilusiones, pero aún sueña. De todos los sueños posibles el del amor es el más miserable y engañoso. El amor necesita tiempo y de tiempo es precisamente de lo que carece el trabajador. El trabajador alienado y agotado debe convertirse en una máquina ya que una máquina puede hacer su trabajo. Ni demasiado joven para adaptarse ni demasiado viejo para que lo jubilen. Delante, la pared de un día gris tras otro día gris en la cárcel de los días.
Otro accidente
Quevedo
Leídos recientemente "El Buscón" y "Los sueños" de Quevedo. Ante todo Quevedo es un poeta. Si "Los sueños" son un barroco espléndido no tienen la envergadura de un libro como "El Criticón". En ambos, Gracián y Quevedo, el talento satírico es inmenso. No dejan títere con cabeza, como suele decirse. Quevedo tenía una visión amarga de la sociedad y del hombre, profundo pesimista, creo que sigue siendo un misterio. No sabemos quién era Quevedo, se esconde detrás de los malentendidos y las chocarrerías. Era un espíritu versátil, podía ser mortalmente serio y cómico también, pero cada cosa en su momento. Su poesía toca todos los resortes: desde lo festivo a lo metafísico, y en todos alcanza alturas enormes. Quevedo ha sido, creo yo, el escritor con un mayor dominio de la lengua española. Docto, sin pedantería. Se le admira, pero es imposible quererlo como se quiere, digamos, a Cervantes.
La fama
LA FAMA
Su cara inconfundible en la portada de un libro
que es una de sus biografías.
Es inglés. Todo el mundo lo conoce aquí
en esta ciudad del norte de España.
Eso quiere decir: es famoso en todo el mundo.
Un día conoció a un compañero (esto es parte
de la leyenda del grupo) y se pusieron a cantar juntos
y a escribir canciones. Hace casi sesenta años de eso.
Pero no fue así.
Aquel día llovió o no llovió
y el amigo se olvidó algo en casa, o perdió el autobús.
No llegaron a conocerse. Entonces este músico
de dieciocho años, perdido como todos los jóvenes,
apremiado por su familia buscó un trabajo fijo.
Una manera honrada de ganarse la vida.
Trabajó 35 años en el servicio de empleo inglés
o en correos o en la administración de justicia.
Tareas muy poco musicales las de la oficina.
Ayer apareció su oscura esquela en un diario local:
Falleció a los 82 años
esposo y padre amante, abuelo afectuoso
rogad a Dios por el alma de Paul McCartney
Otra reflexión pesada
La verdadera vida, si es que existe aunque puede imaginarse, está ausente. A lo incierto, allá abajo, caemos sin cesar en el abismo del tiempo. No somos los de ayer, no somos los de mañana. Hacemos equilibrios sobre la cuerda floja del momento presente. Imposible detener el instante. Lo siempre delicioso acaba cansando y lo terrible también termina por ir apagándose. Miro hacia atrás: veo situaciones borrosas; horas, meses, años que se resumen en un pensamiento, en una idea. El recuerdo es el esqueleto de pasadas vivencias. El niño que fuimos se perdió definitivamente, vamos hacia el anciano y más allá, hacia el rostro de cera, inmóvil, solemne, del muerto en el ataúd.
De dónde sale Mi ley
Mi ley sale de tertulias televisivas de gallos y cotorras. Mi ley es un ilustrado como cualquiera que lo escuche hablar entenderá fácilmente. "No acabarán los males de los hombres hasta que los filósofos no ocupen el poder o los reyes, por una gracia divina, no se pongan a filosofar", dijo el viejo Platón. Parece que ese momento aún no ha llegado y tampoco se ve cerca.
Mozart, ese hombre
Suena Mozart en el desierto de la oficina. Es la sintonía de un móvil pero se agradece igual.
Los osos turísticos
Detrás de las ventanas que de día
dejan pasar la luz y de noche se cierran
más allá de los muros de arenisca
lo indistinto nocturno y sin lenguaje
Tropezarse con él era lo mismo
que encontrarse a un fantasma
Una especie de Hércules vernáculo
al suelo en pleno campo en un arroyo
y no te perseguían las Erinias
y es el blanco de todas las miradas
Atracción de turistas que llegan de aeropuertos
conducidos por guías que conocen sus trucos
y se graba a los osos se los graba entre peñas
Avistamiento de osos
Nos florece el turismo de aventura
Vivir algo deprisa y compartirlo en redes
Un turista ha visto más osos en un día
que un vecino de Almurfe en veinte años
Con un chip en la nuca ahora van al psicólogo
porque tienen problemas de autoestima o bulimia
porque no son correctamente osos
porque escarban en cubos de basura
Simone Weil en Gaza
Dos formas de recordar
Una clase de recuerdos se convocan, vienen del exterior (hablando metafóricamente): un número, un nombre, una calle, lo que falta en la lista de la compra. Otros recuerdos emergen de nuestra intimidad, de lo profundo de nuestra persona: un ser querido difunto se recuerda así.
Argentina, si yo pudiera
Los cuerdos le dijeron al más loco: "¡Queremos que tú seas quien nos gobierne!" De lo que se deduce que los cuerdos están locos o que la desesperación nos perturba el juicio.
Lo que pasa en el mundo
El señor Gracia observa a la gente en Carrefour. Esta tarde no estaba muy concurrido ese centro comercial. Se acercó a la sección de deportes, cogió un balón de fútbol, le dio unos toques con la rodilla y lo dejó donde estaba. El señor Gracia es un rebelde tímido, le gusta entrar en estas grandes superficies, darse un par de vueltas, observar como un sociólogo francés esos templos de la sociedad de consumo y salir sin hacer compra, silbando con las manos en los bolsillos. ¡Cuántas cosas hay que no necesita! Considera el señor Gracia que un centro comercial es un lugar deprimente. (Aunque más deprimente es un centro comercial con los estantes vacíos como en Venezuela o en cualquier otro lugar donde haya escasez). La vida se sostiene en el vacío, todo es ilusión. La gente se interesa por el precio del pescado, del pan, del aceite, escoge el yogur, guarda la cola, revuelve ropa entre los pasillos. El señor Gracia sabe, como todo el mundo, que en estos días (aparte de la guerra de Ucrania) hay desatado un conflicto atroz en Gaza. No ha tenido pesadillas con ese infierno ,-porque es un infierno- eso es cierto. Lo que sucede en Gaza le llega a través de imágenes algo borrosas, desenfocadas a veces, en las noticias de los diarios digitales, en videos difundidos en las redes sociales. Apresuradas camillas meten heridos graves en hospitales hacinados y ensangrentados y luego esa visión extraña de los cadáveres, cadáveres, cadáveres envueltos en sábanas blancas. No puede dejar de pensar que la comunidad internacional o el Consejo de Seguridad de la ONU o el mismo Dios (aquí alguien se reirá) no son capaces de detener semejante espanto y crueldad. Sea como sea llegaría tarde un alto al fuego pues han muerto, hasta ahora, unos 7.000 niños. ¿Cuántos mandó matar Herodes? El señor Gracia cree que lo que sucede en Gaza es el episodio bélico (guerra, se dice "guerra") más sangriento desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Un odio de décadas estalla como un grano de pus. Somos tristes contemporáneos de esas atrocidades. La guerra es el padre de todas la cosas. Hay un tiempo de construir y otro de destruir. ¿No podremos librarnos de esa dialéctica universal? Hoy, en el centro comercial, al señor Gracia le parecía que los compradores, incluido él mismo, eran como zombies. La carne estaba podrida; el pescado estaba podrido; la leche, agria; en vez de pan había piedras; en vez de sal, ceniza. Una sospecha le dejó paralizado por un momento: si en la parte del mundo en la que vive sucediera algo como lo que sucede ahora en Gaza sería inútil esperar ayuda del exterior. Esta reflexión contaminó de vanidad todo lo que le rodeaba. El progreso moral indefinido parece un cuento (con el permiso del sabio Steven Pinker). Si es cierto que la violencia ha disminuido en todo el mundo en las últimas décadas tendrá que detenerse en poco tiempo la masacre de Gaza. ¿O Gaza va a ser una excepción a esa tendencia general? Al señor Gracia le gustaría conocer la opinión de Pinker al respecto. El señor Gracia recuerda lo que hace unos días le dijo un conocido suyo, que hay que preocuparse por lo que uno tiene alrededor, por la parte que alcanza su influencia (familia, amigos, compañeros de trabajo) porque el resto del mundo es una selva. Qué responsabilidad tienen los que gobiernan la Tierra, los poderosos. A muchos les espera el infierno.
Divagaciones
Recuerde el alma dormida, pues queda poco tiempo. ¿De qué va todo esto? ¿Hay algún sentido? Existir como individuos, en el espacio y el tiempo, en una naturaleza inconsciente. Nada existe, dicen unos. Otros dicen, sólo existe lo percibido por mí. Estamos un tiempo brevísimo en este mundo. Si descontamos el tiempo que pasamos durmiendo y los primeros años, antes de la edad de la razón, aún es más corto el período de consciencia, relámpago en medio de una oscuridad eterna. Ser consciente es doloroso. Nos creemos únicos y en cierto modo es así ya que nadie fue ni será nunca exactamente el individuo que somos, pero la voz de la naturaleza habla con claridad: cada uno de nosotros es la variación fugaz de una especie que está en continuo proceso de cambio o evolución. La evolución no es lineal, como se sabe. Es más bien una red que va tanteando, que abre nuevos caminos y cierra otros. Surgen nuevas especies, desaparecen otras. La nuestra (Homo sapiens sapiens) también desaparecerá: tuvo un principio y tendrá un fin. Nuestra conciencia se despliega en el laberinto del tiempo que fluye sin fin de manera que no es posible tener una intuición eterna. Existe (no sabemos por qué ni si hay porqué) una lucha perpetua entre los elementos. Nuestro cuerpo es un rompeolas. Nos encontramos en continua amenaza y hemos de preservar nuestro ser desde la concepción hasta la muerte. El sistema inmunitario de este cuerpo que somos (y al que damos la espalda) repele los constantes ataques de agentes patógenos. La vida es una lucha incesante o como dijo el médico Bichat "es el conjunto de funciones que resiste a la muerte". Vivimos en constante peligro con una falsa sensación de indestructibilidad. Es asombroso que nos asombre la muerte de un semejante (ante la nuestra no podemos tener reacción) ya que nada hay más natural, siendo como es la destrucción de un organismo. Es asombroso y a la vez nada sorprendente que vivamos como si tal cosa sin paralizarnos por el pánico de una muerte inminente. Antes de nuestro nacimiento hubo millones de conciencias humanas que sintieron las mismas pasiones, tuvieron pensamientos semejantes, se asombraron con las mismas maravillas naturales. Tras nuestra muerte sucederá lo mismo con millones de otras conciencias humanas. ¡Qué desperdicio! Bastaría con una sola conciencia aparte de la nuestra... Nada de eso nos importó ni nos importará porque no estábamos ni estaremos aquí. "Millones" era una palabra que gustaba de repetir Hitler, las cifras abstractas que abarcan multitudes excitan a todos los tiranos. El camino de tiempo que pisamos ya fue recorrido por innumerables muchedumbres de muertos (¿dónde están?) y seguirá hollado por los que vengan cuando nosotros ya no estemos. A cada ser humano, en el momento de nacer, se le presenta la esfinge y le plantea el enigma. El castigo por no saber la solución es la muerte, de la que nadie escapa. En la peligrosa navegación que es la vida conviene ser cauto casi siempre y a veces audaz (ya sea para salvar la vida en un momento crítico o para declararse a alguien). Hay unas leyes universales que rigen el destino de los mortales. Quien se abandona al vicio y comete delitos, aún teniendo excusa, suele acabar mal. Las leyes, telas de araña... Sea como sea el ser humano es poca cosa frente al destino. Paciencia y humildad. Madre mía, cómo nos gusta divagar.