Dos diosas

¿Ha sido la Fatalidad o la Fortuna? No lo sabemos. Sobre Ananké no tenían poder los dioses, ni siquiera Zeus; Ananké era la divinidad más poderosa. No podemos hacer nada. Por la vida vamos dando tumbos, sin saber qué ocurrirá en el momento siguiente: we are the fools of time and terror. Todo es una puta mierda. Es posible que Tyche (o como se escriba, no sé griego) se deje engatusar con nuestra piedad (algunos dicen que la Suerte hay que buscarla o compran décimos de lotería) pero la perra Ananké es inexorable. 

Crimea para los rusos MH370


"Caracalla en las termas de Shelley". No es una maravilla de la pintura, pero este cuadro tiene un encanto encantador. Se ve a un pastorcillo en un paisaje de ruinas de la Antigüedad. Desolación, decadencia y Gibbon. El pastor parece meditar sobre algo grave, está melancólico, casi tiene el puño en la mejilla, como todos los melancólicos. ¿Qué piensa el pastor ateo? ¿Was heisst Denken? 
¿Pensará en lo efímero y lo trágico y lo vano y lo cool de la vida humana? Este pastor no tuvo Facebook y eso me lo hace inexorablemente simpático. Declaramos -es bula papal- que todo aquel que tenga Facebook no entrará en el Reino de los Cielos.

Viva el fracaso

Los logros culturales de la humanidad, a los que pertenece la filosofía, se deben a una atención profunda y contemplativa. La cultura requiere un entorno en el que sea posible una atención profunda. Esta es reemplazada progresivamente por una forma de atención por completo distinta, la hiperatención. Esta atención dispersa se caracteriza por un acelerado cambio de foco entre diferentes tareas, fuentes de información y procesos. Dada, además, su escasa tolerancia al hastío, tampoco admite aquel aburrimiento profundo que sería de cierta importancia para un proceso creativo (Byung-Chul Han, La sociedad del cansancio)